7.10.08

Ulises y el baion



Y Ulises le contó a Penélope de sus manos duras, asperas por el frío del mar, de su cara marcada por vientos mediterráneos. La vida en aquellas naves y su tenacidad congelaron poco a poco su fuego.
Volvió atandose al mastil que vigilaba la proa de aquel viaje hacia el interior.
Ulises leyó a Nietzsche y lo que no pudo con él, lo fortaleció.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hahahaha genial xD